No es perjudicial, siempre y cuando se maneje como un acto natural y respetuoso frente al cuerpo de todos. Sin embargo, los niños deben decidir si quieren observar a sus padres desnudos o no.
Durante el desarrollo de los niños, los padres y madres van a detectar cuándo los pequeños no desean ver el cuerpo de otras personas ni que les miren el suyo. Los niños no necesariamente dicen no expresamente, pero pueden manifestarlo a través de gestos y actitudes de molestia e incomodidad.
En algunas ocasiones, actos que parecen tan naturales y cotidianos como bañarse con los niños, o vestirlos, pueden convertirse en situaciones de abuso sexual. Es preciso enseñarles que tienen derecho a decidir sobre su cuerpo y que nadie puede tocarlos o verlos si ellos no se sienten bien.